Vecinos
Los vecinos son como los amigos llegan a nuestro lado sin elección y como todo en este mundo, hay buenos y malos colindantes. Dice un adagio, tu hermano es el vecino más cercano y es verdad, es con quien tenemos más confianza para que nos mire la casa al salir de vacaciones, nos cuide un rato a los nenes o a las mascotas. Muchas veces se crean con algunos vecinos, relaciones personales más fuerte que con las propias familias y esto increíblemente, sucede en el mundo entero.
Este grupo de personas puede mutar dependiendo de algunos intereses. En ocasiones los colindantes del hogar no siempre son tan mansos como se pintan y pueden convertirse en enemigos peligrosos o en constantes vigilantes. En el vecindario hay un porciento de sus integrantes que conocen todos los movimientos que se efectúan en la zona y con esas informaciones se han descubierto hasta autores de delitos y crímenes. También los perpetradores de agresiones o robos salen del entorno, conocen los movimientos y actúan en el momento que creen el adecuado. Alguien del vecindario cercano puede que tenga tus mismos gustos y se interese por tu cónyuge, muchas historias amorosas ocultas se originan en el barrio entre vecinos. Igualmente los viciosos trabajan en su ámbito.
Las autoridades policiacas obtienen las primeras pesquisas de algún delito, por las informaciones brindadas de los vecinos, eso es excelente para el cuidado de la integridad. Otra característica de los miembros colindantes es que sin ser abogados, tienen altas capacidades para juzgar los comportamientos. Valoran y por lo general no se equivocan si alguien es bueno o malo, conocen al dedillo el estatus civil de todos, si hay violencia doméstica o se produjo un desliz de algún miembro de la cercanía. Lo malo es que juzgan con varas antiguas, sería mejor si consideraran que el mundo ha cambiado.
No obstante y como nada es perfecto es mejor vivir en comunidad, esas personas pueden salvar tu vida o darte el apoyo que necesites en tiempos de crisis o ante cualquier contingencia negativa. Por lo que no hagas nada negativo ni dentro de tu propia casa porque siempre hay un ojo que te ve y lo que más me gusta es que continúen ocurriendo en el mundo las buenas relaciones con los colindantes, como en el barrio donde nací, que una porción del más sabroso estofado o de un delicioso postre era para los amados vecinos.
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