Un Verano Lleno de Sorpresa

En el verano del 2015, fue nuestra primera visita a este hermoso país, nos aguardaban hermosas sorpresas. !Qué verano!, en las tardes teníamos que abrigarnos. Por primera vez en nuestras vidas no sentíamos el calor agobiante del caribe, no sudamos en tres meses. El principal objetivo de nuestra llegada era participar en los preparativos de la boda de nuestro hijo y del evento en sí. Fueron días de total ocupación, revisión de la terminación del vestido de novia, la selección de los anillos y de los adornos, los preparativos de la recepción y mucho más. Es llamativo que la hermosa novia dibujó en una pizarra la ubicación de cada mesa en el salón donde se celebraría el evento y cada mesa tenía el nombre de las familias o amigos que la ocuparían, eso le da una imagen del nivel de detalle de los preparativos. Fueron días hermosos.
La boda comenzó en horas de la tarde, hubo un calor agobiante como para que no olvidaran que veníamos del trópico. La novia del brazo de su bella madre fue entregada al joven que con tanto amor criamos. Nuestra felicidad salía por nuestros poros como el sudor. Al finalizar la ceremonia nupcial y dado el sí, la música latina inundó el ambiente y los pies de los presentes se deslizaban solos al compás de las alegres notas. Los elegante zapatos fueron abandonados a un lado, el impedimento de los altos zancos desapareció y a bailar hasta la medianoche. Fabulosa fiesta.
El encuentro con muchos amigos fue otra de las sorpresas que nos deparaba nuestra estancia en Edmonton. Después de las nupcias visitamos varios hermosos lugares. En la vida hay momentos felices que todos debemos recordar, más que los malos y eso nos cura el alma.
Gracias por hoy, pronto les contaré más.

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