Los Golpes

Todos en este mundo recibimos magulladuras que nos provocan gran dolor. Increíblemente los niños, en la época en que comienzan a caminar y a correr, reciben muchos golpes. Luego, al convertirnos en mayorcitos, somos más fuertes físicamente, pero los magullones continúan, y de qué manera, teniendo que demostrar que somos fuertes para no permitir el acoso escolar y otros golpes psicológicos.
Podemos recibir contusiones con un objeto en cualquier parte del cuerpo, ya sea accidental o a propósito; muchas veces son leves. En el caso de laceraciones emocionales no nos preparamos, y pueden ser enormes. Estas pueden ocurrir y evidenciar que no somos tan hermosos, que nuestro prototipo no es el estándar o que nuestra piel está invadida por el acné, y aunque nada de eso es malo sí son toques negativos a la siquis de los jóvenes, que muchas veces trascienden toda su vida.
Más adelante, al convertirnos en adultos y no obtener la carrera deseada, enamorarnos de alguien que no siente lo mismo por nosotros, o no poseer los medios para divertirnos o vestirnos como lo hacen nuestros amigos, por ejemplo, surge una nueva ola de topetazos que causan más problemas de los que imaginamos, y muchos jóvenes se sienten vacíos, aunque estén rodeados de personas; concluyen refugiándose en drogas o buscan resolver sus problemas con el suicidio. En esta época, eso se ha convertido en un gran problema debido a las grandes campañas y propagandas de triunfadores que existen en los medios comunicacionales, y estos muestran jóvenes perfectos como modelos; el resto queda frustrado. Antes no existían tantas referencias. Esa es una de las mayores causas de la gran migración de jóvenes, y hasta niños, en busca de nuevas oportunidades en otros países, por las que se enfrentan a peligrosas travesías. Todos desean una vida mejor.
Bueno, los golpes no terminan al rebasar la etapa juvenil; también arrriban al entorno laboral y familiar: que si puedes tener descendencia, que si eres demasiado fértil y tienes varios hijos que debes alimentar, que si logras una vivienda y hasta si estás en la zona geográfica donde deseas vivir, ya sea por mejores oportunidades o por el clima, entre otros motivos. Nuestras vidas están llenas de golpes, pero lo importante es que los utilicemos como acicate para prosperar. A nadie se le da todo fácil.
Las laceraciones físicas disminuyen con el tiempo. Al llegar a edades medias o avanzadas ya estamos en tiempos de sanación de heridas y de resignación. Se abre una vida un poco más calmada y llena de los resultados de la obra que realizamos, ya sea buena o no tan buena, por lo que podemos disfrutar de lo que sembramos con los hijos, la familia, el hogar, y hasta con una jubilación. Lo bueno es que si llegas a esa edad la mayoría estará bien; hoy los ancianos gozan de múltiples derechos en todo el mundo.
Como parte del movimiento de la vida, de la acción misma del hombre y por los efectos de fenómenos naturales podemos recibir una gran cuota de daños, al producirse accidentes de tránsitos, accidentes laborales, caídas de diferentes tipos y hasta un resbalón de tus propios pies que pueden cambiar el ritmo de la vida de los involucrados. También reciben los cambios bruscos las instituciones, el ambiente, las edificaciones y hasta en los gobiernos, que por cierto, están surgiendo muchos golpes de Estados fuertes y suaves, que al paso que vamos, pueden convertirse en las nuevas formas de tomar el poder.
Las edificaciones e instalaciones de todo tipo, los animales, las personas y todo en general, estamos constantemente expuestos a impactos catastróficos provenientes de los movimientos de la naturaleza, como los terremotos, ciclones o tsunamis. Y como si fuera poco, los habitantes de la Tierra le han causado un gran golpe al medio ambiente por el vertimiento de grandes cantidades de contaminantes a la atmósfera, los mares, los ríos y los terrenos, rondando límites peligrosos, por lo que la naturaleza está respondiendo con un cambio climático. Es así que surgen dos alternativas, o rectificamos voluntariamente nuestro modus operandi de hacer las cosas o la naturaleza nos obligará a cambiar si no queremos desaparecer.
Lo bueno de los impactos, aunque sean fuertes y lacerantes, es que la mayoría tienen alguna solución, como ocurre al tener un accidente y los médicos nos reconstruyen como si fuéramos muñecos; se rehacen los edificios, se pueden limpiar el medio ambiente y la atmósfera, y podemos encontrar un nuevo trabajo o amor. Algunos golpes psicológicos causados por las pérdidas de seres queridos o cuando se detecta una enfermedad grave a algún miembro de la familia son difíciles de rebasar, pero con apoyo emocional se logra.
La gran meta de las sociedades actuales es luchar por lograr el mayor bienestar de toda la humanidad, y podemos comenzar siendo más solidarios y eliminando un poco las normativas creadas por el mismo hombre que tienen al mundo amarrado.

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