La Cultura del Chorrito.
Mi abuela era la mejor cocinera del mundo, sin embargo debo reconocer que era una mala maestra, porque las delicias que elaboraba son irrepetibles, usaba la cultura del chorrito. Por lo general todos la practicamos a diario y por eso quedan pocos productos con sus deleites originales. Lo correcto fuera usar medidas para todo lo que confeccionemos, pero parece que sus abuelos tampoco dejaron las recetas.
Imaginemos que ponemos la lavadora a funcionar y le añadimos más polvo del que recomienda el fabricante, la espuma inunda todo y si se usa menos la ropa no queda limpia. Muchas veces la comida nos queda salada o baja de sal. En otra ocasión un muro se cae poco después de construido. La causa es la cultura del chorrito. Usamos un chorrito de aceite, de vinagre, de puré o de salsa en los ingredientes líquidos y en los sólido usamos el ojo de buen cubero, un más o menos. En el hogar siempre se puede subsanar cualquier error, ya a nivel industrial el problema crece.
Me encantaba cuando abuela molía las diferentes carnes y la sazonaba, hacía albóndigas y otros platos, sólo le añadía pequeñas porciones de harina para dar formas. Y los pasteles nunca más he comido uno con la consistencia y el sabor de antaño. No escribió la receta y por esa época nadie hablaba de la soya.
Hice un viaje recientemente y nada mantiene el sabor, dentro de poco los productos van a tener que patentarse como las máquinas u otro invento, aunque hasta en eso veo la cultura del chorrito para bajar costo. Que viva la tecnología, el buen gusto y si cambian formato que lo comuniquen ¿No lo creen?
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