La Ciencia

Ciencia, significa conocimientos, es algo que no podemos tocar, pero rige nuestras vidas. Por lo general se denomina así al área de la física, las matemáticas y la química entre otras y letras, a las demás, aunque todas son cogniciones, sapiencias. Los antiguos necesitaban conocer las plantas comestibles y cómo reproducirlas, explicarse por qué ocurrían cosas como la puesta y salida del sol, la lluvia, las tormentas y la caída de los rayos, por ejemplo. La astrología fue su primera arma y algún que otro oscurantismo. Adjudicaron cada fenómeno a un dios, como Zeus, Afrodita o Baco. Cada región tenía una deidad para cada fenómeno. Luego muchos se dedicaron a buscar las causas de los eventos y algunos hasta murieron por esa causa.
Hermosos y abundantes conocimientos ha logrado acumular la humanidad a traves de muchos siglos y sin embargo las mayorías prefirieren ir a un concierto de un cantante, a un teatro o al cine antes que escuchar una conferencia técnica con viejos y nuevos asuntos científicos. Muchos rechazan las asignaturas que proponen dar a conocer la ciencia, pero gracias a los diferentes descubrimientos técnicos se puede escuchar, ver y disfrutar todo el espectro del entretenimiento.
Las leyes de conservación de la energía y de la materia son maravillosas, gracias a ellas se pueden hacer todos tipos de cálculos. Todo lo que entra, sale es la modalidad más común, bueno considerando algunas pérdidas o algún aumento por varias causas. Nombres como Emmy Noether, Lomosonov, Lavoisier posiblemente no nos dicen nada, pero ellos fueron unos de los científicos que enunciaron las leyes de la conservación de la energía y la materia. Más reciente tenemos a Newton, con su manzana y la gravedad, y Einstein con su teoría de la relatividad y su famosa fórmula E = mc2 que por cierto son más conocidos.
Los antiguos lograron muchos conocimientos de astronomía, medicina, matemáticas y muchas otras. Luego al conocer que la tierra era redonda se preguntaban por qué no nos caemos para el espacio;  por qué las aguas de los mares y ríos no se van al infinito; por qué la luna no nos cae encima o el sol; por qué los días y las diferentes estaciones no cambian y miles de preguntas más. Estupendos científicos en varios puntos de la tierra buscaron respuestas y ecuaciones que demostraban todos aquellos fenómenos y como pago, pocos nombres son mencionados.
Hoy para todos es común que llueva, que caigan rayos, que tiemble la tierra, ver punticos brillantes en el cielo, una lluvia de estrella o que se produzca una tormenta. Imaginemos aquellos primeros habitantes de la tierra cómo se sentirían al ver esas cosas o cuándo ocurrían los fenómenos catastróficos, posible creyeran que todo terminaría. Hoy muchos pueden calcular cuánto calor se desprende al usar un determinado combustible, cuántos kms corre un carro con un litro de gasolina, cuál carga soporta una estructura, cuál cimiento resiste un rascacielos, dónde cae un paracaidista o dónde cae un cosmonauta cuando regresa a la tierra y todo eso es gracias a aquellos grandes que han ido perfeccionando los cálculos.
Nada que, si estudiamos un poco de ciencia, comprendemos que el mundo es difícil de destruir completamente. Lo fácil es destruir a las personas que nos rodean con la parábola de un disparo, un mal trato, falta de cariño familiar, una gran paliza a alguien, con vender drogas, vivir un medio sucio o un rio contaminado. No hay acción sin reacción, una buena obra trae una buena obra y viceversa. Debemos aplicar la ley de conservación a los buenos sentimientos, dar amor, cuidar al prójimo o cuidar el medio ambiente. Hacer lo positivo para recibir lo mismo.

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