Emigrar
Muchos deciden emigrar sin pensar. Salen de su país clandestino o legalmente, inconforme con lo que está sucediendo. Sin conocer en realidad adonde van a vivir, si encontraran trabajo o la forma de vida de sus sueños. Adaptarse a un lugar extraño es difícil, hasta en el mismo país donde se nace. Por eso emigrar, debe ser una decisión pensada y analizada, valorando los pros y los contras, de lo contrario puede convertirse en un problema mayor. Las costumbres, los sistemas económicos y comerciales o las regulaciones en general cambian tangencialmente de un país a otro y el idioma también puede ser una buena barrera. Hasta el clima debe ser valorado.
Por ejemplo, los de mi tierra aprendimos un estilo de vida y el mundo nórdico se mueve en otro opuesto. Nos gusta compartir con nuestra familia, comer lo que cocina nuestra madre y abuela. No recoger las cosas del piso; caminar por el césped; cruzar la calle por cualquier parte; hablar alto; poner nuestro equipo de música al volumen que nos agrada, por lo general alto; bailar al son de cualquier nota; piropear; gesticular y muchas más que nos caracterizan.
Lo que más me duele es saber que muchos emigran creyendo que obtendrán buenos sueldos, casas hermosas, instalaciones fabulosas y mercados abarrotados de mercancías. Es verdad que están al alcance de la mano, con la condicional que al llegar tenemos que ganarnos el sustento para poder disfrutar de todo eso. Trabajar duro en labores mal remuneradas porque nuestras calificaciones profesionales no son válidas en las mayorías de los lugares o no somos legales. Conclusión en ocasiones viene la decepción. No importa, los reveses son importantes, conocemos cómo funciona el mundo y esforzarnos para triunfar.
Algunas sociedades reconocidas como las más felices tienen facilidades para sus habitantes, ojalá algún día nuestros países estuviesen en la lista de los más felices.
He tenido la oportunidad de permanecer por un tiempo en el extranjero como visitantes y he podido comprobar cómo se vive y comprendo que si no estamos preparados, no es aconsejable permanecer en un lugar con otra lengua, otras formas de vivir o un clima diferente. Donde enfermarse sin tener seguro es la ruina. Y así le sucede a todos los que emigran, no importa dónde. Emigrar es bueno y da cultura, siempre que lo hagamos consciente de lo que hacemos.
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