Dolor de Cabeza
Cada día me percato de que algunas cosas cotidianas encierran un significado y hasta una historia interesante. “Dolor de cabeza” es una frase sencilla que es parte del argot popular; sin embargo, tiene tras sí un enorme caudal de contenido. Existen muchas expresiones que siguen ese mismo ritmo, pudiendo citar: ser lunático, como la marea, eres un barco, come candela, tropezar con la misma piedra, tirar la toalla o eres un pan. Estos juegos de palabras son conocidos como frases idiomáticas. Muchas tienen un sentido universal, otras tienen un contenido de idiosincrasia y poseen un significado figurativo más usado que su propia composición literal.
“Dolor de cabeza” es una frase que está cargada de similitud con los eventos difíciles de enfrentar o de solucionar algo, y su significado no es injustificado. Es mejor que nunca califiquen tu actuar con ella, porque es el dolor más molesto que existe en la vida. Es increíble cómo tres palabras encierran tantos significados. Con sólo pronunciarlas califican un abanico de campos complicados de nuestras vidas. La expresión en sí representa un dolor en el órgano blando que protege el cráneo y es traumático para quienes los perciben. Se calcula que cerca del 50% de la población sufre ese padecer; pero el resto, conoce perfectamente el significado al ver a sus semejantes sufrir. Es un gran problema de salud mundial y, según algunos reportes, esta patología causa millones de horas perdidas en el trabajo y el estudio, además de ser una de las causas principales de asistencia a consultas médicas y emergencias en el mundo. Es una molestia tan enorme que se pierde, en ocasiones, la facultad de pensar, y tan desagradable que no se le desea ni al peor enemigo.
Por otra parte, el origen de ese dolor punzante que se percibe como si tuvieras un corazón en la cabeza, tiene tantas causas que es difícil de tratar y curar. La mayoría de las veces sólo queda aplicar un fuerte analgésico que inhiba sentir el dolor. Este padecimiento ha sido objeto de estudios por mucho tiempo para encontrarle una solución. En la actualidad, sólo se han logrado propuestas de terapias alternativas y medicamentos novedosos que alivian, pero no curan. Es posible que el argot popular haya adoptado esa frase por lo que implica semejante dolor. Es un mensaje de lo negativo de algunos eventos que nos acurren en la vida, que se valoran de complejas sus soluciones o no las tienen, a los comportamientos inadecuados de cualquier tipo o a no encontrar una tramitación adecuada. A muchos se les convierte en dolor de cabeza un hijo que hace lo que sus padres consideran incorrecto; para otros, el pagar los impuestos o la renta, el no lograr los resultados esperados en alguna gestión o la indisciplina social para un Estado.
No falta el uso oportunista de la expresión de sentir este síntoma sin realmente poseerlo y usarlo como excusa para no realizar algunas tareas, como salir con alguien, hacer el amor o no ir a trabajar. De igual forma existe su uso jocoso al referir de los que perciben la fuerte molestia que es un buen síntoma, porque es señal de que tienen cabeza. La verdad es que esa molestia física te advierte que algo anda mal en tu cuerpo, que puede ir desde una mala digestión hasta una terrible enfermedad. Sin embargo, la falta de percibir este sufrimiento no siempre es buena; es probable que el sistema de defensas del organismo no esté funcionando correctamente y no se reciba la alerta adecuada de la existencia de un problema que pudiera ser más serio.
Otra fuente que nutre la mala reputación de la frase son las migrañas, que representan la élite del dolor en la zona superior del cuerpo, y son un padecer crónico. Los migrañosos son personas complicadas. Muchas veces, cuando más contentas están los invade el mal y destruye su diversión, además de percibir las molestias en cualquier momento. Los expertos han ideado terapias de relajación unidas a algunos medicamentos para eliminar el mal, pero sólo logran aliviarlo. En los últimos tiempos se ha comprobado que algunos alimentos de uso común tienen efectos desencadenantes en las migrañas. En ese caso están las carnes curadas, el queso, el chocolate, el vino y el exceso de bebidas alcohólicas, en general, como los máximos exponentes. Por tal motivo es importante que cada cual logre conocer qué efecto produce en su organismo lo que ingiere, porque son respuestas particulares de cada persona, para así poder mejorar su calidad de vida al disminuir algunos eventos dolorosos. ¡Ah, y un secreto: la vejez reduce las crisis de migrañas, ¡y hasta las desaparece!
Estos tipos de sucesos desagradable tildados por la expresión, tanto en el sentido literal o figurativo, causan numerosos costos a las sociedades. En el nivel de la salud se calculan que rondan el 0.30 % del PIB de los países en los sistemas sanitarios y por pérdidas incapacitantes en los trabajos y estudios.
La vida, en general, es un dolor de cabeza, y tal como los migrañosos hacen es bueno tomar secciones de relajación, alimentarnos con lo que observamos o vamos aprendiendo que es mejor para la salud, dar amor, tener buenas relaciones humanas, pasear, tomar aire fresco, entre otras acciones; además de realizar las tareas necesarias para mantenernos, como trabajar y estudiar, cuidar a la familia y cumplir las regulaciones sociales, para que un leve problema de nuestras vidas no se convierta en un dolor de cabeza figurativo.
Y lo más importante: Lo más sensato es autoaconsejarnos para no convertirnos en un dolor de cabeza para nuestros semejantes y nuestras familias.
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