Problemas y Disfrutes

Es posible que tú seas de los que piensan que van a disfrutar cuando los niños estén grandes, cuando el tiempo mejore, cuando tengan un carro o cuando tengan dinero. Lo curioso de este mundo es que lo bueno y lo malo subsisten al unísono; no tenemos épocas de malas o buenas rachas, ellas andan juntas; sólo que la mayoría del tiempo nos centramos en las situaciones complicadas y perdemos muchos momentos de disfrute.
En este mundo tenemos múltiples dificultades, que son las grandes causantes de que las personas no disfruten de sus vidas a plenitud; entre ellas tenemos las pérdidas tempranas de seres queridos, las guerras, los hijos en situaciones de peligro y algunas otras cotidianas, como convertir el trabajo en lo fundamental y no tener dinero.
Nuestros antepasados, con su sapiencia, tenían establecidos algunos métodos para lidiar con las pérdidas, al realizar el duelo, vestir de negro por un tiempo y no asistir a fiestas u otra actividad que expresara alegría. También existía un ritual con tonalidad religiosa, que eran los rezos, y algunas acciones adicionales en este ámbito. Esos procederes canalizaban el dolor y la mayoría de las personas asumían de nuevo sus vidas transcurrido un tiempo de aquel suceso. Todo eso se ha perdido con la modernidad, aunque muchos pueblos y algunas comunidades aún los practican.
A pesar del grado de alfabetización, el desarrollo tecnológico y los múltiples logros sociales alcanzados, no hemos podido frenar la violencia entre las personas, tanto intradomiciliaria, callejera o a nivel de país. En los últimos tiempos, como si fuera la época del surgimiento de la mafia, imperan en muchas regiones carteles de las drogas que tienen más poder que los mismos gobiernos locales, grupos armados y pandillas que se discuten, a punta de pistola, el poder de las zonas donde radican, y en muchos países surgen grupos armados que tienen como ideales tomar el poder político. Increíblemente, todas esas organizaciones están fuera de la ley, aunque se conviertan en normales en algunos países y aumenten sus plantillas cada día, causando grandes sufrimientos a poblaciones enteras, agravadas con escaseces, faltas de infraestructuras y de impedimentos particulares. Como solución ante este fenómeno, muchos adaptan sus existencias a esas condiciones para poder disfrutar de sus vidas; de lo contrario, emigran.
Por estos tiempos he visto en las redes sociales que algunos pueblos priorizaron en su desarrollo las áreas de recreo y esparcimiento. También abundan zonas agrestes con climas rigurosos y hasta grandes alturas donde las personas buscan soluciones y se alimentan con lo que poseen en su entorno para su disfrute.
Muchos tienen dinero, educación, fama, y sin embargo, están pendientes de estirarse el rostro para no parecer viejos o buscando vestimentas extravagantes y de última moda. Convivimos con millones de problemas que, sin ser duelos, nos inhiben de disfrutar de la vida y no priorizamos ir a una excursión, caminar por nuestro entorno y respirar el aire puro. Muchas veces nos dejamos consumir por la llama del trabajo, el quehacer diario en las casas o cocinar.
Otros anhelan trabajar hasta que les llega la muerte o enferman mortalmente y se pierden el dar un viaje de vacaciones o intercambiar con sus familiares; alegan no tener tiempo para esas cosas o que se aburren sin hacer nada.
Existen algunas regiones que han logrado establecer reglas importantes de convivencia, donde el respeto y la dignidad humana imperan en un gran grado, y aunque tienen sus vetas de dificultades les dan gran prioridad al disfrute y al esparcimiento.
Mientras llegan soluciones globales a los problemas siempre será posible, a nivel particular, establecer conductas y modos de vida en nuestros hogares que hasta pueden repercutir a nivel social. Por otra parte, no es aconsejable dejar para después el disfrute porque ese después quizás no llegue nunca y las dificultades siempre existirán, tengamos lo que tengamos. No es necesario hacer grandes inversiones para caminar, pasear, visitar a la familia, compartir con los amigos o simplemente recrearse con momentos de soledad, que también son deliciosos. Y si logras ahorrar para realizar de vez en cuando alguna escapada a una zona turística será una excelente inversión para su bienestar y el de su familia.

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