La Ciencia y las Tradiciones
La ciencia tuvo un gran despegue después de la Era del Renacimiento, fue ganando terreno y adeptos poco a poco hasta lograr lo que en nuestros días vemos; sin embargo, en la mayoría de los pueblos las tradiciones, en muchos aspectos, han quedado como las concibieron los antiguos. La humanidad ha adquirido muchos conocimientos a través de los siglos vividos y esa sapiencia está dividida en varias vertientes, originada tanto por las conductas, los sentimientos, la alimentación, las doctrinas o las regulaciones que existen en cada región en particular, conociéndose como la idiosincrasia.
La ciencia instó con su avance a que la educación fuera para todos, así como la medicina, los derechos al trabajo y la cultura. Ya en la nueva era las metas exigían que todos se alfabetizaran y que estudiaran una carrera dentro de la infinidad de especialidades, para que las nuevas generaciones conocieran las nuevas técnicas y pudieran darle continuidad a los avances. Todos empezaron a tener acceso a un médico capacitado con las técnicas necesarias para aliviar sus males y ya así no tenían que ir al barbero a sacarse una muela sin anestesia.
La ciencia y la tecnología desarrollaron a la par, en todas las regiones, el transporte de todo tipo. Se implementaron métodos para fabricar aviones, enormes barcos, altos edificios y rascacielos dotados de elevadores; se creó el teléfono, se descubrió la electricidad con todo lo que implicó esta técnica y la refrigeración, en fin, muchas cosas.
Las costumbres, por su parte, no muestran cambios significativos; sólo se lograron algunos derechos como el de la participación de las mujeres en la vida social y el cuidado de los niños, que aunque no se aplican igual en todas partes, son grandes cambios en las viejas costumbres, influenciadas fuertemente por las religiones que imperan en cada pueblo y por el desarrollo de la ciencia, que en las últimas décadas es como de ciencia ficción, y no todas las regiones han logrado los mismos estándares.
Si deseamos saber cuánto imperan hoy de las viejas costumbres podemos revisar en las llamadas mitologías, como la griega, la romana, la azteca o la egipcia, entre otras, y ocurre que en algunas comunidades mantienen esos mismos símbolos de antiguas deidades en sus fiestas tradicionales como las máscaras, dragones o personajes míticos.
Por otra parte, todo este panorama de práctica de las diferentes religiones y sus concepciones han establecido cánones fuertes en las comunidades actuales, que provocan que las sociedades se rijan por estrictas normas y las nuevas tendencias sean difíciles de implementar. Muchos pueblos mantienen sus costumbres en cuanto al matrimonio, al nacimiento de las personas, la interrelación con el medio y las sociedades, las cuestiones de honor y las relaciones familiares; todas son prácticamente las mismas que los originales.
¿Y qué decir de los reinados como método de gobierno antiguo? En la actualidad existen 44 países en el mundo que aún tienen sus vitalicios monarcas y aunque no todos tienen los tres poderes, sí poseen un reconocido estatus social, engendran gastos y tienen influencias. Europa tiene 11 reyes y Asia cuenta con 5 monarcas absolutos. Hasta Japón mantiene su monarca.
Mientras la ciencia corre como si transitara sobre un veloz corcel, las tradiciones van sobre una tortuga, y la humanidad, aunque ha ido avanzando en la obtención de derechos sociales, políticos y económicos, tiene muchas trabas en algunos conceptos sobre género, violencia y ética.
Hoy persisten costumbres en las comunidades interiores de los países que funcionan como un gobierno paralelo; por ejemplo, tenemos las comunidades descendientes de los oriundos en Brasil, Estados Unidos, Canadá y los gitanos, por citar sólo algunos, y no es por falta de conocimientos, muchos tienen acceso a las tecnologías digitales y más, sólo que no desean cambiar.
Transcurrirá mucho tiempo para que las costumbres de los pueblos estén a la par de las tecnologías. Aún así podemos imaginar cómo sería, pero todavía es ciencia ficción.
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